Verónica Castro confiesa que vivió acoso durante su carrera

Verónica Castro fue la encargada de cerrar el ciclo “Mujeres en el cine y la televisión” dentro del Festival Internacional de Cine de Guanajuato. Durante su participación, la reconocida actriz fue cuestionada por el moderador sobre si alguna vez vivió situaciones de acoso o abuso de poder a lo largo de su trayectoria artística.

La respuesta de la intérprete fue clara y directa: “Yo creo que siempre hubo. Siempre hubo, pero en mi caso es saberlos torear. Y hacerte como la Rosa Salvaje, como que no entendiste nada. ‘¿Qué me dijiste? No te entendí’”, expuso la también presentadora de televisión.

La artista explicó que su forma de afrontar esas situaciones fue utilizando la astucia y el disimulo como mecanismos de defensa. “Ese tipo de cosas yo salía muy bien y toreaba muy bien, entonces me hacía la tonta. Yo creo que fui una buena torera en muchas ocasiones en mi vida”, aseveró.

Con franqueza, Vero confesó que ha vuelto a cruzarse con algunas de esas personas, abordando los recuerdos con humor y sin resentimientos. “Y hay muchas gentes que a lo mejor tendría que recordarlas con molestia. Y no, después ya me río”, señaló.

Castro también compartió una experiencia distinta de acoso que vivió durante sus presentaciones musicales en palenques, donde el contacto físico por parte del público llegó a ser invasivo. “El problema es que te agarraban todos. Pasabas, te agarraban la pompa. Ya cuando arrancaban los aretes ya salía sangrando del oído”, detalló. A pesar de ello, aseguró que obtuvo grandes beneficios de esa etapa: “Mucho provecho. Probé, no sé, asalté muchos pueblos. Muchos pueblos y ciudades asalté”.

La estrella de talla internacional recordó cómo fue que incursionó en esta faceta gracias a la recomendación del maestro Armando Manzanero. “Después de allí me dijeron: ‘Oye ¿haces palenques?’. ‘¡Claro! Claro que sí, nunca me había parado en un palenque. Estaba yo como drogada o ¿qué te pasaba?’”, relató.

Añadió que, aunque al inicio no sabía cómo desenvolverse en ese tipo de espectáculos, se adaptó rápidamente: “Le digo a un mariachi: ‘¿Cómo cuántas se cantan?’. ‘Pues échate unas diez’. Y empecé a ensayar, empecé a trabajar. Que llegué a vivir del canto porque de la actuación no vives. La actuación es medio canijona”.

Finalmente, Verónica reflexionó sobre su esta etapa de su existencia y las carencias que enfrentan muchos adultos mayores en la sociedad actual.

“Ahora que entré en mi edad avanzada, me doy cuenta que falta de todo. O sea, están olvidadas las gentes de la tercera edad. Estamos olvidadas”, afirmó. Además, lamentó la falta de empatía de las nuevas generaciones: “Es dificilísimo encontrar que un joven en la calle te voltee a ver y decir: ‘Señora, ¿se siente mal?’. Algo, una tontería como eso”, remató.